Homenaje a un ser especial que ya no está más conmigo

De ese día ya pasaron 4 años... Y te extraño horrores. Aún te extraño. Y cuando te recuerdo, aún lloro. Y si no lloro, al menos haces que mis ojos brillen de una forma muy triste. Te extraño un culo!

Cuando te apiadas de mí y decides visitarme entonces te sueño... y te veo, y te abrazo, y te acaricio, y dormimos felices... A veces quisiera retroceder el tiempo para así evitar hacer todo aquello que hice mal contigo, las veces que no te hice caso, que te grité, que te lastimé o que te pegué, ME ARREPIENTO!!! Y este tipo de arrepentimiento es de aquellos que sabes que aunque quieras, y por más que te destroces por dentro y por fuera, ya no hay nada que hacer para revertir lo dicho o hecho. Y esto es bien jodido.

No estoy segura de la fecha en que ocurrió, pero fueron los primeros días de Agosto del 2005. Tal vez el 8 o el 9 de ese mes. La verdad es que prefiero no recordarlo, es demasiado doloroso. A los dos días que te me fuiste decidí escribir algo, algo que me permita recordarte siempre, que me permita reconocer lo importante que fuiste, eres y serás en mi vida.

Y dice así... (Fechado el 10 de agosto de 2005)

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Homenaje a un ser especial.

Todavía recuerdo cuando llegaste a mi vida. Eras chiquitina. Entrabas en mis dos manos a las justas. Todavía tomabas biberón, y yo disfrutaba los ratos contigo. Tierna, linda, una bebe preciosa. Tenía tanta ilusión por tenerte conmigo, por compartir mi vida contigo. También tenía miedo, pues era la primera vez que asumía una responsabilidad como esa, pero sobre todo temía quererte tanto, pues sabía desde ya que siempre existe un final. Aún así, nos quedamos juntas, las dos, y nos acompañábamos la una a la otra.

Eras traviesa, recontra traviesa, vivaz, curiosa y sobre todo engreidísima como tú sola – por eso decían que te parecías mucho a mí – y tú sabías que todos te queríamos.

Han sido 10 años, casi once a tu lado, te quiero tanto, tanto, que aún no me hago la idea – o no lo asumo – que ya no estás más con nosotros, ya no estás más conmigo.

Sólo me queda agradecerte por tanto momento de felicidad que me diste, por tantas alegrías y tristezas que compartimos. Tengo el alma destrozada, te me fuiste de pronto, y nada pude hacer, no sabes como me pesa el no haber estado en ese momento contigo, sentir tu calor por última vez. Mirar tus ojitos brillosos y vivaces por última vez. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste? Supongo que es la ley de la vida. Pero yo sólo quería mirarte por última vez.

Ayer en la mañana me despedías feliz, tengo tus ojitos grabados en mi cabeza. Y anoche simplemente ya no estabas, no estabas, y todo estaba tan vacío… Y me siento tan sola ahora. Nada será igual ya sin ti en casa.

Gracias pequeña traviesa, gracias. Me enseñaste lo que es la ternura, me enseñaste lo que es la responsabilidad, a aprender a valorar más lo que tengo. Has cumplido muy bien la misión que tenías al llegar a mi vida. Increíble, pero así es. Siempre te lo decía, espero lo hayas comprendido.

Te extrañaré siempre, sobre todo cuando esté en casa, al despertar, al acostarme, al almorzar, tu espacio siempre estará ahí. Cuando llegaba y me recibías feliz, moviendo la cola, ensuciando mi ropa, ladrando por todo lado feliz. En casa todos te extrañamos. Donde quiera que estés cuídame y no olvides que siempre te tendré conmigo, mi chiquita, mi pulgosita, mi pelusita, siempre.

Gracias de nuevo Puppita linda.

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Regresando a estos tiempos, se nota que te extraño, verdad? Tantas cosas que extraño de ti, extraño rascarte la panzita, extraño meter mi cabello en tus orejitas, extraño tus ataques de locura cuando ibas de un lado a otro corriendo sin explicación aparente, por el solo hecho de gastar energía, extraño sumergir mis manos en tu pelaje, tan suavecito, tan tibio, extraño hasta el olor a chizito de tus patitas cuando no te bañábamos, eso, y más (ahí voy de nuevo con mis lágrimas...).

Visítame de vez en cuando, ya?